De anoche les contaré que Pilar no quería salir porque el frío le da alergia, así que José hizo una lasaña bebé para él y para mí solamente. De pollo. Muuuuy buena. El llegó con la lasaña, pan y vino, la puso en el microondas, calentó el pan y sirvió el vino. Todo un cocinero y todo un anfitrión. Se veía muy bien con su asidor (guante para agarrar cosas calientes); ésa y el delantal son piezas sexy de ropa masculina. Jejejeje… Cenamos, bebimos vino y comimos postre. Era un bizcocho (supuestamente) de dulce de leche que compramos Pilar y yo. No era de dulce de leche na´, y, como buen dulce español, estaba medio desabrido.
Bueno, na… acabamos de cenar y cogimos dike para un bar cerca de aquí. Cuando llegamos al sitio que José había pensado, vimos unos señores medio mayorcitos entrando, y nos empezamos a devolver… luego le dije que a lo mejor eran ellos los que ´taban fuera de sitio y nos asomamos… les diré que la persona más joven de ese lugar tenía más años que José Roberto y yo juntos. Empezamos a dar vueltas y acabamos en un barcito ahí, jugamos con dardos (primera vez y resulté bastante buena) y después nos sentamos a hablar plepla. No duramos mucho, como hasta la 1 y alguito. En la conversación acordamos que como en Toledo llovería y en Segovia nevaría, cogiera el domingo pa´Segovia.
Señores, mi vida en términos ecológicos se divide en antes y después de hoy, que he tenido un encuentro del cuarto o quinto tipo con la nieve. O sea, mi vida se divide como la historia: en antes y después de Cristo, pero lo de hoy fue importante. Estos ojos almendrados nunca habían visto la nieve en vivo (sí, lo confieso) y hoy la vi. No eran copos como los de los muñequitos, pero era nieve!
Les cuento. Me levanté a las 8 de la madrugada, me bañé, me cambié, me desayuné, empaqué mi cartera y cogí en dirección a la estación de autobuses que está por el Centro Comercial Príncipe Pío. Como ya había visto en Yahoo! Weather que haría un (perdón, mami) frío hijueputa, tuve que ir a comprar unos guantes. Los 3 euros mejor gastados fueron ésos: unos guantes Thinsulate© de 3M©, donde los chinos. Ah, ésa es otra. Los chinos fueron enviados por el Señor a este mundo para vender barato. Oigan, Naty compró estos mismos guantes en El Rastro a 5 euros y yo donde los chinos di 3. Ma-ra-vi-llo-so!
Bueno, cogí para mi estación (preguntando, porque siempre me pierdo… hehehe), cogí mis metros y llegué al C.C. Compré mi ticket de ida y vuelta y me monté en mi guagua. Todo el camino estaba nevadito, ma´dindo!!! Yo había impreso un mapa y un itinerario con los puntos principales, pero cuando salí de la estación, pregunté. Ay, señores… los madrileños son unos odiosos, pero los segovianos son super simpáticos. Un hombre casi me hizo el itinerario y otros tres jóvenes me ayudaron con relación a dónde comía. Ah, porque también hice turismo gastronómico. Luego les cuento.
Segovia es preciosa. Vi el Acueducto Romano, declarado Patrimonio de la Humanidad, la Casa de los Picos, las Iglesia de San Martín y de San Millán, la Biblioteca Nacional (que antes era la cárcel real), la Puerta de San Andrés, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Frutos (a la que no pude entrar, porque habían cerrado), el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, el Alcázar y la Torre. El Alcázar es majestuoso, al igual que la torre. Sin embargo, así como los 3 euros de los guantes son los que mejor he gastado, los 1.50 para subir a la Torre son los que más me han dolido – literalmente. Son dike 152 peldaños pero eso es tan empinado que parecen 396; es cierto, la vista desde el tope quita el aliento, pero yo estoy casi segura que en el internet deben aparecer “Fotos tomadas desde la Torre del Alcázar de Segovia” y dan muchísimo menos trabajo de conseguir.
Un antiguo estudiante mío me dijo que cuando visitara España, no podía dejar de visitar Segovia para ver su Acueducto y comer cochinillo asado en horno de leña. Entré en uno de los restaurantes que me mencionaron los jóvenes simpáticos y me comí un combo: nada de hamburguesa, papas fritas y refresco… no, no, no… sopa castellana (con huevo, pan y chorizo… muy yummy), el famoso cochinillo y una jarrita de vino. Delish!
En todo mi caminar tuve que beber café y chocolate un par de veces para amortiguar el frío. Segovia estaba entre 6º y 0º… les digo que hasta nevó. Yo andaba con un jersey (pronunciado así mismo) de acrílico, una blusita de tiritos abajo, un chaquetón forrado arriba, unos guantes, una bufanda, unas medias y unas zapatillas (tenis), y aun así ´taba grave del frío. Alina y yo que siempre hemos dicho que yo soy nórdica… me he dado cuenta de que no.
Por os-tro lado, les diré que tanto en el restaurante en el que almorcé (El Fijón de los Comuneros) como en una de las cafeterías vi Ron Brugal. Ah! Y en el centro comercial había un stand de República Dominicana… inagotable. =)
Me monté en la guagua de las 6:30 y regresé a Madrid. Mañana voy a los museos y a la Misa del primer domingo de adviento. Meri Crima! =)
Espero que estén teniendo un maravilloso fin de semana y que Dios los bendiga mucho.
Paz! =)
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