Mucha gente dice que yo soy "Oscar® material". [Bueno, bueno... dicen que yo soy dramática, pero como sugiere el anuncio de Coca Cola®: «Toma lo bueno»... jejejeje :þ~]
Yo lo acepto. Yo suelo, no sobreactuar, sino actuar en todo el sentido de la palabra, cuando algo me pasa. No es que sea bulto, sino que uno no puede ser tan samuro y vivir como robot.
Anyways, yo soy de las personas que procura estar feliz siempre pk cuando estoy killada soy... bueh! Lo mismo cuando estoy triste. Además, cuando estoy triste, me pongo casi de novela. Meryl Streep e un chivito jartu'ejobo delante de mí en depre.
Hmmm... I think I lost my train of thought... hahahaha...
El can es que hoy llamé a un amigo mío y me estaba quejando porque algunos de los que son mis amigos como que sacan pies ahora que yo estoy triste y melodramática y que eso me duele. 'Tábamos hablando y le decía que él no me quería, blablabla... y cuando colgamos, al minuto me volvió a llamar y me dijo que en vez de llamarlo mañana como habíamos acordado, que él me invitaba a comer. Ese gesto me pareció tan tierno... él como que reaccionó y se dio cuenta de que I could really use a friend.
Uno no se puede cerrar con la gente. Como pensar "No, mis confidentes de siempre son tales y sólo a ellos recurriré". Este amigo [lo sacaré del anonimato, se llama Cristian Paulino] no es una persona con la que salgo a menudo y quizás no procede de las fuentes "comunes" para conseguir amigos, pero es una persona que te escucha la mima vaina doscientas catorce veces y no se jarta, con la que tú puedes contar a cualquier hora, y [que es lo que me derrite de él] que siente tu dolor. Lo siente - así, resaltado. Yo toy casi segura que el corazoncito se le aprieta cuando a uno de sus amigos le pasa algo.
Jejeje... este post empezó siendo una "divariación" sobre la amistad, inspirada por Cristian... pero acabó siendo un chin de coba para él... jajajajaa...
Terminaré agradeciendo a Dios por amigos como él... de esos que prefieren oirte mil veces diciendo lo mismo a hacerte sentir poco importante... de esos que se inventan la hora 25 para estar ahí para ti... de esos que se sientan contigo en el columpio de Monalisa a verte llorar y que no te hacen sentir mal porque eres débil y lloras, sino que pacientemente te dan una servilleta... de esos que, aun estando enfermos, ponen su enfermedad en hold para dedicarte un ratico... de esos, que, a modo de resumen, descubren que tener un amigo que escucha sin reprocharte es invaluable.
Gracias, Crititi... y gracias, Yamer.
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