Saturday, September 29, 2007

"Princesas"



«Mi corazón no es de alquilar.»
["Me llaman calle", Manu Chao]



Anoche vi en Cinemax una película española llamada "Princesas" [info en español e info en inglés], que trata sobre la vida de las prostitutas en España.

La protagonista es una prostituta española llamada Cayetana ("Caye") que tiene una depresión en los huesos, que de chepa no se ha matado. Conoce a una dominicana llamada Zulema que también trabaja como prostituta y se hacen amigas.

Toca distintos puntos interesantes, tales como: el rechazo que sienten las locales hacia las extranjeras porque le quitan clientes; la realidad de que estas mujeres están expuestas a maltratos por parte de sus clientes; la desesperación que una inmigrante ilegal siente para conseguir papeles; el riesgo de contraer SIDA y/u otras enfermedades de transmisión sexual...

Sin embargo, lo que a mí me llegó hasta allaaaaá dentro, fue la casi imposibilidad de Caye de mantener una relación amorosa estable. Ella conoce a un tipo y cuando él le pregunta en qué trabaja, ella dice claro y pela'o que es "puta". Ella lo dijo tan campante que él no se lo creyó y así se quedó, feliz, como sólo un pariguayo puede serlo. Un día, ellos están cenando en un restaurant y unos ex-clientes de Caye están tratando de llamar su atención, pero ella los ignora. Caye se para y va al baño y ahí aparece uno de los fulanos aquellos, rogándole por sus servicios. La pobrecita está llorando, diciéndole que no, que por favor, que ella anda con alguien, que otro día... y el tipo insiste que te insiste y ofreciéndole cada vez más dinero. Ella accede con más dolor que vergüenza, coge el dinero, termina y se va a la mesa, llorando.


Eso me partió el alma a mí...


Varios días después la llaman para un "trabajo" (ella es chica celular) y va al sitio acordado, y ahí se encuentra al novio, y le dice que quedó de juntarse con alguien. Uno de los amigos del novio sale a hacer una llamada [me parece que el novio sabía que era a una prostituta] y a ella le empieza a sonar el celular. El tipo [novio] está en Belén con los pastores, pero luego como que cae... y ella está que no sabe qué hacer ni dónde meter la cara.


Alguna vez les ha pasado que piensan algo y como que cuando lo dicen, suena diferente? A mí me está pasando eso, pero con esto que escribo...


Pero na'... yo sé que la prostitución no es un trabajo honesto y que hay más opciones, pero me dio tristeza porque ella era como una niña grande, soñadora e impulsiva, y la felicidad que ella estaba buscando no la podía conservar debido a lo que hacía.


Ella decía que su sueño era que la buscaran a la salida del trabajo. Simple, no? No para ella.


Otra cosa que me dejó pensando fue algo que ella le dijo a Zulema, como que lo malo no sería si después de la muerte ya todo se acaba; lo malo sería que después de la muerte hubiera otra vida, parecida a ésa. Qué triste...


Cuando vi la película y pensé en comentar sobre ella aquí, me acordé de una entrada que escribió mi estimado blogoamiguito Scarto, sobre las prostitutas. El hablaba de los peligros y riesgos de esta "profesión", pero en ese mundo hay muchas cosas que uno ni se imagina...


La película, mis queridos blogolectores [me fascina inventarme palabras... jajaja], la van a dar en Cinemax todo este mes. Se las recomiendo. Ganó varios premios en España, entre ellos el Goya a mejor actriz principal, a mejor actriz revelación y mejor canción original, la canción "Me llaman calle", de Manu Chau.

Paz!


A.
PS: ["Oir" con la voz del Pachá] Aplauso, aplauso, aplauso!!! Acabo de poner por primera vez una foto en una entrada. Yay! =)

2 comments:

EmyVida said...

LOL!! me hicite reirme con podata! :P

Ma... como tu sabes yo soy pobre... a ver si logro bajarla de intelnej y la veo...

Pero si... me imagino que es triste, es tan triste como ver esas carajitas haciendo seña a todo carro que pase por la sarazota entre tony romas y el hotel delta... que desgraciacion!

mancorp said...

Es que la prostitución es la consecuencia del estilo de vida occidental, que lleva a TODO a ser una mercancía, hasta los seres humanos. Creemos que entendemos el dilema de esas chicas, pero como dices, la mayoría no puede ni siquiera vivir sus vidas, pues no pueden compartir eso que hacen con una relación normal.

Es penoso el caso, y debe hacernos reflexionar siempre, para que en un futuro podamos ayudar a esas "carajitas" a encontrar un mundo mas digno y solidario que les dé la mano y las ayude a salir del abismo en el que están.